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Calambres o tirones musculares

Todos hemos oído e incluso utilizado alguna vez la frase de “me ha dado un tirón en tal sitio…” y muchas veces con eso queremos referirnos a que hemos notado un dolor repentino en una zona de nuestro cuerpo.

Vamos a explicar a qué pueden deberse estos dolores y cómo podemos prevenirlos:

Empezaremos aclarando que normalmente, cuando utilizamos el término “tirón” nos referimos a un calambre o a una rotura de fibras.

Un calambre es una contracción muscular que suele ser bastante dolorosa y a menudo está relacionado con una actividad física. Es el típico dolor que notamos cuando decimos que “se nos ha subido la bola de repente”.

Cómo podemos evitarlo

Realizar un calentamiento adecuado antes y después de la actividad física, estar bien hidratado (las bebidas isotónicas ayudan), masajear la zona antes y después de la actividad y llevar una dieta rica en potasio y verduras.

Tratamiento

Lo primero que debemos hacer es cesar la actividad después realizaremos estiramientos, pondremos un poco de calor suave, un ligero masaje y sobre todo reposo.

La rotura de fibras es un desgarro muscular por una contracción muy fuerte del mismo. Tras esta lesión suele aparecer un hematoma en la zona de la rotura. Dentro de la rotura de fibras distinguimos tres grados:

  • Grado I: es la más frecuente, se trata de una distensión microscópica
  • Grado II: es una rotura parcial del músculo, normalmente el 20% de los casos
  • Grado III: rotura total del vientre muscular.

Cómo podemos evitarlo

Realizando un calentamiento correcto antes del ejercicio, manteniendo una buena elasticidad muscular o lo que es lo mismo, estirar adecuadamente, evitar la sobrecarga de los músculos mediante calor, masajes…

Tratamiento

Pondremos hielo y después inmovilizaremos la zona de la rotura. Pasado un tiempo, que varía según el grado de rotura, deberemos acudir al fisioterapeuta para ir recuperándonos poco a poco de la lesión.